La nota dulce de nuestro día en medio de tantos documentos, certificados, poderes, actas, fué la grata visita de los cotizados jinetes dominicanos en Japón y su hada madrina.
Nos regalaron una familiaridad tan auténtica e inmediata que sana profundamente, no solo el día, también el alma.”
Muchas gracias,
Jordie Guzman