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Zonas francas en la República Dominicana: Horizonte para las industrias japonesas

S.E. Robert Takata, embajador de la República Dominicana en Japón.

Las zonas francas dominicanas nacen con la instauración de una empresa del sector azucarero en 1969. Posteriormente se han ido incorporando otras industrias a un régimen aduanero que prometió, ha sido y sigue siendo, un pilar para el desarrollo económico y social del país, pero además un instrumento de alta rentabilidad para las empresas extranjeras que en él operan. A pesar de aquel primer hito, es en el año 1990 cuando es promulgada una ley que constituye el régimen y sus incentivos como un instrumento de política industrial y económica.

Tras el paso de algunos años, las industrias que se instalaron en la República Dominicana diversificaron sus sectores ampliamente; iniciaron a operar tabacaleras, fábricas de textiles, de calzados, exportadoras de productos agrícolas, manufactureras de joyería, entre otros, hasta llegar al momento actual donde la República Dominicana se posiciona como un lugar ideal para la fabricación y exportación de bienes con alto grado tecnológico como lo plantea la Fundación para la Innovación y Tecnologías de Información (ITIF, por sus siglas en inglés) en su estudio titulado “Evaluando la preparación de la República Dominicana para jugar un preponderante rol en las cadenas de valor de semiconductores y placas de circuitos impresos” (Assessing the Dominican Republic’s Readiness to Play a Greater Role in Global Semiconductor and PCB Value Chains); en el cual analiza cómo la evolución de las industrias de zonas francas dominicanas han ido cimentando un ecosistema que cubre todas las necesidades de las industrias de semiconductores y circuitos impresos.

 

Manufactura de aparatos de transfusión de sangre en la República Dominicana.

Con la antes mencionada incursión de las empresas de inversión extranjera en el país también se expandieron los sectores de fabricación en las zonas francas. En la actualidad, la República Dominicana es sede para operaciones de significativa complejidad tales como dispositivos médicos (que es el principal renglón de exportaciones de zonas francas con un 30% en el 2023), dispositivos móviles (tabletas, teléfonos celulares, etc), circuitos eléctricos, cámaras de seguridad, placas de circuitos impresos, capacitores eléctricos, entre otros. A modo de referencia, el estudio también cita la presencia en el país de algunas empresas de gran reconocimiento tales como Rockwell Automation Technologies, Eaton Corporation, Prime Technology Inc., Fenix Manufacturing Solitions GMBH, Jabil, Accumed, Arjo, Baxter, Biometrics, Edward Lifesciences, entre otros; Cabe señalar que el 98.8% de las exportaciones de electrónicos de la República Dominicana van dirigidas al mercado de los Estados Unidos, reflejando esto la estrecha integración comercial entre ambos países y el aprovechamiento del acuerdo de libre comercio existente.

Sobre el capital humano

Joven dominicano trabajando en industria electrónica en la República Dominicana.

La formación técnica de los recursos humanos ha sido un eje fundamental para la expansión de las zonas francas dominicanas. En el mismo año 1990, fue creada una entidad dedicada a la formación técnica de la mano de obra dominicana, alcanzando al día de hoy cerca de 800,000 personas entrenadas en una variedad de programas formativos que hoy ascienden a más de 920 currículos, muchos de los cuales han sido concebidos conforme los requerimientos de cientos de empresas extranjeras que a lo largo de los últimos 30 años se han instalado en el país y cuales, además, han propiciado una sustanciosa transferencia de know-how que hoy está presente en gran parte de la fuerza laboral dominicana.

Además de la formación de las personas, una importante variable para la manufactura es el costo de la mano de obra; para ello, la República Dominicana ha instaurado salarios mínimos sectorizados que, conforme las necesidades de cada actividad manufacturera y, por supuesto, considerando el costo de vida en el país, delimitan el salario mínimo a pagar según el puesto de trabajo en cuestión. A modo enunciativo, es posible referir que el salario mínimo de los operarios en la actividad manufacturera de productos médicos y farmacéuticos fue en 2022 de US$287.92 mensuales, mientras que los puestos de nivel técnico en esta misma actividad el salario mínimo fue de US$532.72 mensuales.

Sobre los parques de zonas francas

En todo el territorio nacional se registran más de 800 empresas de zonas francas distribuidas en 87 parques.  Los operadores de parques de zonas francas se enfocan en proporcionar una gama de servicios especializados para que las empresas puedan dedicarse exclusivamente a la actividad manufacturera; algunos servicios que estas ofrecen son: gestión de recursos humanos, abastecimiento de energía, alimentación y cáterin, seguridad, servicios de contabilidad, gestión de oficina de aduanas en el parque, entre otros.

Por su parte, las empresas acogidas al régimen de zonas francas operan exentas de todos los impuestos de renta, impuestos municipales, impuestos aduanales (para la exportación y para la importación de maquinarias y materia prima), impuestos a los activos, entre otras exenciones que hacen su operativa financiera aún más ligera y acorde a su actividad manufacturera.

Perspectivas a nuevas actividades de manufactura

La estabilidad y crecimiento de las zonas francas dominicanas se corresponde en su totalidad con la estabilidad política y económica que el país ha experimentado por muchos años. Las políticas públicas y económicas, han hecho de la República Dominicana una nación hiperconectada a nivel logístico internacional, haciendo provecho de su ubicación geográfica; Además, un país integrado comercialmente, manteniendo acuerdos comerciales que permiten el acceso preferencial a los mercados de mayor potencial y proximidad, tales como Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Centro América y con los signatarios del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Al analizar la progresiva evolución de las industrias dominicanas, es posible constatar que cada nivel de sofisticación alcanzado ha desbloqueado la puerta hacia un siguiente nivel; desde las industrias más rudimentarias como la caña de azúcar, hasta las más sofisticadas como los dispositivos médicos. Tal es el caso del sector autopartes que se estrenará en el país con la instalación de un centro de fabricación de una empresa de origen japonés.

Siendo Japón uno de los países con mayor preponderancia en la manufactura de bienes electrónicos, componentes y autopartes, los hallazgos del estudio que hemos citado en este artículo me invitan a motivar a las empresas japonesas a explorar con atención las oportunidades que puede presentar la República Dominicana y su ecosistema para zonas francas para sus negocios; cual no solo presenta un destino confiable y seguro, sino también de alta rentabilidad y conveniencia operacional.

 

S.E. Robert Takata

Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Dominicana en Japón